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¿Cómo surgió la idea de hacer una guía de estilo para los términos chinos? 

La idea surgió de la constatación de que el aumento de la presencia china en España, así como un mayor interés y conocimiento de nuestra sociedad sobre todo lo relacionado con China en los últimos años no se han traducido en una mayor estandarización por lo que se refiere al uso de las palabras o referentes chinos en los textos en español. En definitiva, la idea de confeccionar una guía parte de la observación diaria y en ámbitos muy distintos las constantes imprecisiones y errores que se cometen, a pesar de ser fácilmente evitables.

¿Es cierto que realmente existe la necesidad de estandarizar estos términos en español?

Existe una necesidad de estandarizar porque, al igual que sucede con otras lenguas con las que estamos en contacto, el chino se va introduciendo poco a poco en el  español. Hasta el momento, no existía ninguna obra o institución de referencia que se hubiera preocupado por darle a la cuestión un enfoque global con propuestas y soluciones concretas.

¿Qué problemas causa el que no esté estandarizado el uso de términos de origen chino?

Como suele ocurrir, las instituciones responsables del buen uso de la lengua van más lentas que la sociedad en este sentido, lo cual provoca que cada uno tome soluciones ad hoc. La diversidad de soluciones a un mismo problema causa, entre otros problemas, confusión a los ciudadanos. Además, el desconocimiento de la realidad ajena puede incluso derivar en un tratamiento irrespetuoso hacia la cultura china y en consecuencia dar una mala imagen de nosotros mismos.

En este libro, tú y Helena Casas-Tost habéis cumplido una doble función, por un lado sois editoras y, por otro autoras. ¿En qué ha consistido vuestro trabajo de edición?

El trabajo de edición ha consistido en coordinar el trabajo interno del equipo, darle coherencia a la obra en general y dinamizar el proyecto externamente para conseguir que después de años de trabajo viera finalmente la luz.

Es muy interesante el análisis que hacéis sobre la procedencia de los distintos términos chinos. Algunos vienen del pinyin, otros son adaptaciones, traducciones, etc. ¿Puedes contarnos algún ejemplo?

El quinto capítulo de la guía versa sobre la incorporación de referentes chinos en español y en él se realiza un breve repaso histórico de cómo ha sido esta relación. Las vías de introducción de sinismos al español han sido diversas y se explican por razones socio-históricas. Por una parte, el hecho de que España no haya establecido lazos sólidos y tenga una relación de tú a tú con China hasta hace muy poco ha propiciado que una gran parte de los sinismos nos hayan llegado mediatizados por otras lenguas. Por otra parte, transcribir, adaptar o traducir son tres opciones igualmente válidas en función del contexto y del perfil del lector. Tendemos a incorporar los términos directamente en pinyin cuando pensamos que hacen referencia a conceptos sin equivalentes o difícilmente traducibles, como pueden ser yin-yang o fengshui. Traducimos cuando pensamos que de otro modo el lector no nos va a entender, como olla mongola (huoguo) o empanadillas (guotie). Y adaptamos cuando las formas tienen un uso muy extendido y resultan más aceptables adaptadas a la fonética del español, como tofu (doufu, en pinyin) o taichí (taiji, en pinyin).

¿A qué tipo de lectores va dirigido? Y ¿qué utilidad puede tener para ellos?

Existen multitud de situaciones y casuísticas en las que nos puede aparecer una palabra de origen chino y nos haga falta recurrir a una guía como esta, ya que la cultura y lengua chinas ya se han adentrado en todos los ámbitos de nuestra sociedad: servicios públicos (como la sanidad, educación, juzgados y policía), culturales (como bibliotecas, exposiciones y artes escénicas), política y economía y, finalmente, donde confluyen todos ellos: los medios de comunicación. Así pues, además de estudiantes, editores, bibliotecarios y traductores, por mencionar solo algunos, los periodistas, en tanto que uno de los principales focos de difusión de la información y del conocimiento y por el impacto que tienen sobre el resto de la sociedad, son uno de los principales destinatarios de esta guía. A todos ellos la guía les proporcionará conocimientos enciclopédicos que necesitan saber para escribir con precisión, corrección y no meter la pata sobre la cultura china y recomendaciones concretas agrupadas por temas. En resumen, esperamos que se convierta en una obra de lectura amena además de una herramienta clara, útil y rápida para consultas puntuales.